Teté Ballón Contento, especialista en biohuertos de La Revolución y Cultiva Lima, nos da algunos consejos para cultivar nuestros alimentos en casa.
Ver cómo crece tu comida desde que pones la semilla hasta que te la comes es una experiencia maravillosa, nos dice Teté.
La gente compra plantas ornamentales a diario, pero se hace un mundo si se trata de sembrar una lechuga. La verdad es que cultivar alimentos puede ser muy simple.
Por ejemplo, puedes comerte un tomate, sacarle las pepitas, sembrarlas y, al cabo de unos meses, comer tomates cultivados por ti mismo. Solo hay que tener paciencia y dedicación.
Lo que esto genera en las personas es siempre muy gratificante y puede ser el germen de una transformación muy positiva en sociedades como la nuestra, que necesitan volver a ser conscientes de lo que comen. Lo más importante es dar el primer paso, mandarse y probar.
¿Cómo acondicionar el espacio?
Debe ser un lugar ventilado y que reciba luz del sol por al menos unas cinco horas: un balcón, una terracita o un patio, incluso un lugar cerrado con ventana. Eso sí, es fundamental que sea un lugar accesible, para verlo siempre y estar en contacto con él. La idea es que coseches, riegues, muevas la tierra o siembres con facilidad. Que sea tu jardín. Si tienes mascotas, protege las plantas para que no las aplasten.
¿Cómo preparar los contenedores?
Puedes usar macetas comunes o jabas forradas con plástico (que puedes decorar a tu gusto). En ellas debes colocar tierra buena, pues un buen suelo hará crecer una planta rica y sana, capaz de resistir cuando aparezca un bicho.
Recomiendo usar tierra preparada con buena cantidad de materia orgánica (es decir, tierra oscura) y que pueda retener agua. Yo uso compost o humus y un poquito de musgo (solo un poquito). La mezcla debe estar aireada y no debe compactarse con el riego, tampoco ser muy arenosa.
¿Cómo enfrentar las plagas?
Yo prefiero no usar pesticidas ni abonos químicos, sino preparados naturales que siempre tengo. Dejo macerar ají con pimienta en agua por unas dos semanas y rocío la mezcla en la zona afectada. Pero ojo: un insecto no es necesariamente una plaga. No debemos perder la cabeza cuando aparece uno.
Debemos tener calma, limpiar las plantas y ayudarlas a lograr su propio equilibrio. El estar todo el tiempo interviniendo porque aparece un bicho o un hongo es perjudicial también.
Otra cosa que podemos hacer es usar algunas plantas que ayudan a repeler insectos, como el hinojo o el romero. Recuerda que estás creando un ecosistema y que todos los componentes cumplen una función.