En el distrito Veintiséis de Octubre, ubicado en Piura, se encuentra el humedal Santa Julia, un ecosistema frágil de 17 hectáreas donde se promueve el uso responsable de recursos naturales. Marco Antonio Gutiérrez Pulache, residente del asentamiento humano Alejandro Sánchez Arteaga desde hace más de una década, lidera la iniciativa de recuperación y conservación de este espacio.
Este ecosistema, compuesto por totora (Typha angustifolia) y junco (Schoenoplectus americanus), ha sido reconocido por su potencial para el desarrollo económico sostenible. Gracias a una autorización otorgada por la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) en abril de 2025, Marco Antonio puede aprovechar de manera sostenible los recursos no maderables de un área de 3.29 hectáreas del humedal.
El acompañamiento del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) fortalece este proceso. La entidad brinda orientación técnica y supervisa el cumplimiento de los compromisos establecidos, como la elaboración de informes de actividades y el transporte legal de las fibras vegetales.
Formalización y cadena productiva: una apuesta por el desarrollo local
En su camino hacia la sostenibilidad, Marco Antonio identificó a las principales recolectoras de totora y junco, provenientes de La Arena y del caserío San Pablo. Con ellas, inició un proceso de organización con miras a la formalización, mejorando las prácticas de extracción y promoviendo el manejo ordenado de las fibras.
Anteriormente, las cosechas se realizaban sin planificación ni criterios ambientales. Hoy, las recolectoras siguen un plan de manejo que permite el rebrote de las plantas, reduciendo el impacto en el ecosistema. Además, los residuos generados se reutilizan para elaborar compus usados como abono.
El permiso otorgado también exige la emisión de guías de transporte forestal. Esto permite que las fibras puedan trasladarse legalmente y que las trabajadoras demuestren el origen lícito del recurso ante cualquier autoridad competente. Esta formalización les abre nuevas oportunidades comerciales.
Al conocer que las cosechadoras vendían su producto sin respaldo documental, Marco Antonio impulsó el valor agregado de las fibras. Actualmente, pueden ofrecer un insumo legal y de calidad a las tejedoras de Catacaos, quienes elaboran productos artesanales como canastas, carteras y tapetes, con proyección al mercado nacional e internacional.
Conservación del ecosistema y biodiversidad
Los humedales como Santa Julia son zonas con agua permanente o estacional, esenciales para la biodiversidad. Según la Convención RAMSAR, estos espacios permiten la reproducción de numerosas especies animales y vegetales. Santa Julia, en particular, alberga más de cien especies de aves migratorias y endémicas.
El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) ha identificado cinco especies en peligro dentro del humedal: tres en categoría de amenaza y dos casi amenazadas. Estos hallazgos refuerzan la necesidad de aplicar un enfoque sostenible en su aprovechamiento.
Desde OSINFOR, se promueve la cosecha gradual bajo criterios técnicos que garanticen la regeneración del ecosistema. Modelos similares se aplican en otras localidades de Piura, como Talara y Sullana, donde también se gestionan humedales con títulos habilitantes de uso no maderable.
Marco Antonio destaca que Santa Julia también funciona como un espacio para actividades de educación ambiental y avistamiento de aves. Cada año, estudiantes y visitantes acuden para conocer las especies que habitan entre el junco y la totora.
Compromiso con la vigilancia y protección del humedal
Como titular del permiso de aprovechamiento, Marco Antonio tiene responsabilidades específicas sobre la gestión del humedal. Entre ellas, impedir el arrojo de desechos, denunciar intentos de invasión y realizar labores permanentes de vigilancia.
Para fortalecer esta labor, ha propuesto sembrar árboles faiques alrededor del humedal como cerco natural. Además, busca construir un mirador de bambú que permita observar y proteger la biodiversidad del lugar. Con el apoyo del OSINFOR, espera recibir capacitaciones técnicas para cumplir con la normativa vigente.
Actualmente, el humedal Santa Julia representa una oportunidad para combinar sostenibilidad ambiental, desarrollo económico y formalización laboral, mediante el aprovechamiento responsable de recursos naturales y la articulación con actores locales.
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