Al menos el 40% de los desechos domésticos que terminan en el tacho son materia orgánica, como restos de comida, frutas, verduras, hojas, cáscaras de huevo o café. Todos estos residuos pueden aprovecharse para elaborar compost casero, un abono natural que mejora la calidad del suelo y favorece el crecimiento saludable de las plantas. Con esta guía sencilla podrás aprender a hacer compost en casa y reducir el impacto ambiental de tu basura.
Paso 1: Prepara tus materiales para hacer compost
Para iniciar tu compostaje, reúne los siguientes materiales:
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Un cubo o caja de madera (aproximadamente de 70 x 70 x 70 cm) con orificios para ventilación.
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Papel periódico para forrar la base, o coloca el recipiente directamente sobre la tierra.
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Tijeras o cuchillo para trozar los restos orgánicos.
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Horquilla o pala pequeña para remover y airear el contenido.
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Regadera para mantener la humedad.
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(Opcional) Lombrices rojas californianas u otros aditivos que aceleran el proceso de descomposición.
Paso 2: Clasifica los residuos orgánicos correctamente
Los desechos orgánicos se dividen en dos grupos:
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Materiales ricos en carbono (secos): hojarasca, ramas, hojas secas, aserrín, paja, papel y cartón.
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Materiales ricos en nitrógeno (húmedos): restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, residuos de café y bolsitas de té.
Para mantener el equilibrio del compost, utiliza una proporción de 3 partes de carbono por 1 de nitrógeno. Tritura los materiales antes de añadirlos y cúbrelos con papel o una capa de hojas secas para evitar olores y mantener la humedad adecuada.
Paso 3: Controla la humedad y el oxígeno del compost
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Mantén la mezcla ligeramente húmeda, sin exceso de agua.
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Remueve cada dos semanas para oxigenar y facilitar la descomposición.
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Al agregar nuevos desechos, mézclalos con el material antiguo y cubre con hojas o paja.
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Para verificar la humedad, toma un puñado y apriétalo: si el material se amolda sin gotear, está en el punto ideal.
Evita incluir:
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Pescado, carne o huesos.
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Restos de comidas preparadas (sopas, pastas, salsas).
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Pan en exceso o cereales.
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Tomates podridos en grandes cantidades.
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Excremento de mascotas.
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Grasas y aceites.
Paso 4: Usa el compost en tu jardín o macetas
El compost estará listo en 2 a 4 meses, cuando ya no se reconozcan los materiales originales y el contenido tenga un color oscuro y olor a tierra húmeda.
Separa el material fino del grueso y aplica el abono directamente sobre la tierra de tus macetas, jardines o huertos urbanos. Este abono natural mejora la estructura del suelo, retiene nutrientes y ayuda a reducir el crecimiento de malas hierbas.














