En Lambayeque, los cultivadores de mango enfrentan una crisis sin precedentes que ha llevado a Daniel Enríquez, vocero del sector, a organizar una inusual protesta: depositar 100 toneladas de mangos en la Panamericana Norte. Con esta acción, los agricultores buscan llamar la atención del Gobierno y exigir soluciones efectivas para un sector que se encuentra al borde del colapso.
Desafíos climáticos y económicos golpean al sector
El cultivo de mango en Lambayeque, vital para la agroexportación peruana, enfrenta este año problemas extremos. Altas temperaturas han dificultado la floración, mientras que una sobreproducción descontrolada ha saturado los mercados, llevando los precios a niveles insostenibles. Actualmente, menos del 10% de la producción de mangos de alta calidad logra ser exportada.
Según Enríquez, el precio del mango destinado a exportación ha caído a 50 céntimos por kilo, insuficiente para cubrir los costos de producción. Este desplome afecta no solo a los ingresos de las familias agricultoras, sino que también amenaza con el abandono de cultivos, el resurgimiento de plagas como la mosca de la fruta y el incumplimiento de los estándares internacionales de calidad.
Urgente intervención gubernamental
La crisis también tiene un impacto social significativo, ya que muchas familias dependen exclusivamente de este cultivo. Ante la falta de alternativas, los agricultores han comenzado a regalar sus productos para evitar el desperdicio total, mientras que los altos costos de transporte limitan aún más el acceso a mercados internos.
Los productores han solicitado al Gobierno medidas urgentes, como la compra de excedentes para programas sociales, pero hasta ahora no han recibido respuesta. La protesta planeada en la Panamericana busca visibilizar la gravedad de la situación y la urgencia de tomar decisiones que aseguren el sustento de miles de familias y la estabilidad de uno de los sectores más importantes para la economía del país.