La gran biodiversidad que posee la Amazonía peruana no deja de sorprender. Una variedad de abejas silvestres originarias, cuya particularidad es que carecen de aguijón, se ha convertido en una veta para el progreso de las comunidades rurales mediante la apicultura.
Ello, gracias al valioso aporte del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) que desarrolló una tecnología para mejorar y masificar la crianza de estos insectos voladores, preservando la especie.
Con el propósito de contribuir al mejoramiento de la apicultura rural amazónica, optimizando el aprovechamiento de las abejas sin aguijón, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) puso en marcha en 2017, con financiamiento del Concytec, una investigación en la región Loreto, que contó con la participación de las comunidades dedicadas a esta actividad.
Singulares abejas sin aguijón
El biólogo César Delgado Vásquez, responsable del laboratorio de Entomología y coordinador del proyecto “Abejas nativas” del IIAP, explicó que en la Amazonía peruana existen alrededor de 150 especies identificadas de abejas sin aguijón que producen miel y polen. “Solo en la región Loreto se ha identificado a 69 especies y en la región San Martín existen otras 51 con esas características”, indicó.
Sin embargo, de todas esas especies solo tres son aprovechadas por alrededor del 80 % de apicultores amazónicos, quienes las seleccionaron desde mucho tiempo atrás porque su miel y polen reúnen importantes valores nutricionales y medicinales, afirmó el especialista.
Una de esas especies es la Ronsapilla (Melipona ebúrnea), aprovechada por las comunidades indígenas Bora, Kukama y Ticona, por ejemplo, así como por agricultores rurales de Loreto, que colaboraron en la investigación del IIAP.
“Esas comunidades utilizan la miel y el polen de esas abejas sin aguijón, puros o mezclados con extractos de plantas medicinales, para tratar al menos 21 enfermedades”, comentó Delgado.
Las otras dos especies más utilizadas son la Ronsapilla negra (Melipona illota) y la abeja Ramiche. Además de carecer del aguijón que tiene la abeja Apis mellifera o abeja común, utilizada por los apicultores de la costa y de la sierra y que es una especie importada de los continentes africano y asiático. Las abejas amazónicas producen un tipo de miel con características bioquímicas sobresalientes.
Propiedades nutricionales y medicinales
Delgado Vásquez detalló que la miel de la Melipona ebúrnea y de las otras especies de abejas sin aguijón. Este contiene gran cantidad de polifenoles o compuestos que actúan como antioxidantes naturales.
Asimismo, presentan un PH (Potencial de Hidrogeniones) ácido que evita la proliferación de bacterias, hongos y otros microorganismos dañinos para la salud. A ello se suma que contiene un 58 % de azúcares totales, que la convierte en un excelente cicatrizante y antiséptico.
Debido a estas propiedades, la miel de estas abejas sin aguijón se utiliza para el tratamiento de infecciones respiratorias, curación de heridas. Así como regulación de la glucosa y para prevenir la diabetes, entre otros beneficios que van de la mano con su delicioso sabor.
Pero, ¿Cómo es que la miel de estas abejas sin aguijón logra obtener estas propiedades nutricionales y medicinales? El biólogo del IIAP explicó que ello responde al tipo de árbol visitado por las abejas. Como aquel del que se extrae la sangre de grado, una resina muy utilizada en la Amazonía para cicatrizar heridas.
Evolucionan en la Amazonía
“Estas abejas han evolucionado en la Amazonía, tienen una mayor capacidad para aprovechar la diversidad de plantas. Además producir una miel de excelente calidad nutricional y medicinal”, puntualizó.
Otro factor clave radica en que, a diferencia de la abeja Apis mellifera, que construye su colmena con la cera producida exclusivamente por ella misma. Las abejas sin aguijón producen una cera que se nutre también con la resina. Además de otros nutrientes de los árboles y plantas visitados en el vasto bosque amazónico.
Las abejas sin aguijón construyen su panal en los troncos huecos de los árboles amazónicos. Los apicultores indígenas y rurales acostumbran a extraer esos troncos y llevarlos a sus casas para obtener la miel y el polen. Esta práctica muy antigua estaba afectando con el tiempo el entorno forestal y a la misma especie de abejas.