Mandarina peruana encuentra su camino: crecimiento impulsado por nuevas variedades y mercados

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Mandarina peruana encuentra su camino: crecimiento impulsado por nuevas variedades y mercados
Mandarina peruana encuentra su camino: crecimiento impulsado por nuevas variedades y mercados

La mandarina peruana, un producto que históricamente ocupó un lugar secundario en la canasta agroexportadora, ha comenzado a ganar protagonismo gracias a importantes cambios en su oferta y estrategia comercial. Durante años, las variedades genéricas y las ventanas comerciales limitadas mantuvieron al sector estancado. Sin embargo, en los últimos años, el Perú ha logrado dar un giro significativo hacia la innovación, diversificación y expansión de sus mercados internacionales.

Un cambio estratégico: nuevas variedades y ventanas comerciales ampliadas

El avance más destacado en la producción de mandarinas peruanas ha sido la transición hacia variedades híbridas, que ahora representan cerca del 87% de las exportaciones. Dentro de este grupo destacan subvariedades como Murcott y Tango, reconocidas por su alta demanda y mayor eficiencia en el manejo agrícola. Estas variedades han reemplazado rápidamente a las tradicionales satsumas y clementinas, cuya participación en el mercado ha disminuido considerablemente.

Este cambio también se refleja en la distribución temporal de las cosechas. Inicialmente, el Perú se centraba en variedades tempranas (abril a junio) y medias (junio a agosto), lo que limitaba la capacidad de aprovechar precios más altos en los últimos meses del año. Sin embargo, en la temporada recién concluida, las variedades tardías como Murcott y Orri experimentaron un crecimiento superior al 60% en volumen, mientras que las satsumas redujeron su presencia en más del 38%. Este ajuste estratégico permitió a los productores beneficiarse de mejores precios en mercados clave.

Resultados récord en 2024

El año 2024 marcó un hito para la mandarina peruana, con un total de 245,766 toneladas exportadas por un valor aproximado de US$ 325 millones, lo que representó un crecimiento del 14% en volumen y del 27% en valor en comparación con el año anterior. El precio promedio aumentó un 12%, alcanzando US$ 1.32 por kilogramo, impulsado por factores como la sostenida demanda global, nuevos tratados comerciales con Asia y la mayor valorización de las variedades tardías.

Además, el vacío dejado por otros proveedores tradicionales, como España, favoreció al Perú, especialmente en el hemisferio norte, donde la escasez de producto permitió a los exportadores peruanos consolidarse aún más.

Estados Unidos: el principal motor del crecimiento

Estados Unidos fue nuevamente el destino más importante para la mandarina peruana, recibiendo 140 mil toneladas por un valor cercano a US$ 192 millones , lo que significó un aumento del 35% en volumen y del 44% en valor. Este desempeño se debió, en gran parte, a la preferencia por variedades tardías sin semillas, como Murcott y Tango, así como al vacío dejado por España en el mercado estadounidense. El precio promedio en este mercado aumentó cerca del 7%, consolidando a la mandarina peruana como una opción competitiva.

Europa: desafíos y oportunidades

En contraste, el mercado europeo mostró resultados mixtos. Aunque las exportaciones cayeron un 11% en volumen y casi un 2% en valor, el precio promedio aumentó un 11%, reflejando una mejora en la calidad de las variedades exportadas. Este ajuste sugiere que, aunque el volumen enviado a Europa disminuyó, los productores peruanos están priorizando productos de mayor valor agregado.

México: un mercado emergente

México destacó como el país con mayor expansión en 2024, con un crecimiento del 117% en volumen y valor, alcanzando cerca de 21 mil toneladas exportadas por un valor aproximado de US$ 30 millones. Este incremento parece responder al vacío estacional presentado a partir de junio, lo que abrió una ventana de oportunidad para el Perú.

Desafíos para la próxima campaña

A pesar de los avances, no todo fue positivo en 2024. La reducción en los envíos tempranos no solo se debe al cambio varietales, sino también al impacto de los problemas climáticos ocurridos en 2023. Esto podría afectar la homogeneidad del crecimiento en la próxima campaña de 2025, aunque se espera una normalización gradual.

Fuente: FreshFruit

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