Hace más de 20 años, la región Piura pretendía probar suerte sembrando uva de mesa; una decisión bastante difícil, casi insólita, debido a que, para entonces, la región Ica ya era un territorio representativo de este cultivo, consolidada tanto en cultivo como en exportación.
No obstante, los agricultores piuranos nunca desistieron y, algunos años después, miles de hectáreas de tierras eriazas se convirtieron en tierra agroexportadoras, con la uva de mesa como una de las principales frutas producidas y exportadas hacia mercados internacionales.
Con este panorama, la compañía de capitales chilenos, Sociedad Agrícola Rapel puso su interés en la producción piurana de uva de mesa. De esta manera, en 2011, se instalaron en las tierras del caserío El Papayo, ubicada a la margen izquierda del río Piura.
Producción exitosa
Al respecto, el gerente general de Rapel, Pablo Eyheraldo reveló que de las 4 mil hectáreas que posee la empresa, 3 mil son sumamente productivas para frutas como arándanos, limón Tahitií y, sobre todo, la uva de mesa. En consideración de ello, el 80% de las tierras está dedicado a la siembra y cosecha de esta fruta, tanto de Red Globe como Seedlees.
En ese sentido, se puede asegurar que la inversión de esta compañía fue la que logró el crecimiento de esta producción. Según señaló Eyheralde, por más de 10 año, se invirtieron US$300 millones.
Exportación
Todo ello, le permitió exportar anualmente 4.500 contenedores de frutas, con la uva de mesa como principal producto. De ella, el 65% es de tipo Seedlees y el 35% restante es de tipo Red Globe. Una gran cifra que supera por muy poco a la de Ica, de acuerdo a la versión del gerente general de Rapel.
“Superamos a Ica por muy poco. De Piura se exportan unas 30 a 35 millones de cajas de uva de mesa al año. Perú exporta 70 millones de cajas”, refiere. Además, asegura que “la inversión en 100 hectáreas de uva puede llegar a los US$ 6 millones”.
Otras apuestas
Asimismo, expresa que, tal como sucedió con la uva hace años, actualmente, el arándano es una apuesta comercial fuerte y reciente.
Según explicó Eyheralde, la producción en Piura se inició porque este tipo de tierras son cálidas, además, el clima y el agua son adecuados para este sembrío. Por ello, Rapel logra producir 10 toneladas de arándano por hectárea.
«Aun no tenemos grandes producciones de arándanos, pero los resultados de producción son buenos«, comentó.
En un escenario similar, el limón Tahití es una apuesta nueva de Rapel, una fruta sin pepa, más grande, más jugosa y menos ácida. Según detalló el empresario, este tipo de limón es muy demandado en mercados extranjeros como Estados Unidos y Europa, pero también en Latinoamérica.
Incertidumbre
Sin embargo, todo este escenario se vuelve gris cuando se vincula con la coyuntura social y política que enfrenta el Perú actualmente, lo cual generó gran desazón en Rapel y en otros inversionistas.
Por tal motivo, pese a la intención de Rapel para continuar creciendo, descartó cualquier inversión en proyectos importantes hasta el 2024.
«Desde el 2021 hasta el 2024 no hay proyectos importantes en cartera. Esto es por la incertidumbre que genera la coyuntura interna y la crisis internacional», explicó el gerente de Rapel.
Sobre ello, el empresario recordó que, hace unos meses, invirtieron en 160 hectáreas de banano de exportación; sin embargo, la incertidumbre nacional y la pandemia impidieron que se continúe con el proyecto.
Sumado a ello, Eyheralde explicó que la derogación de la Ley de Promoción Agraria, que se realizó en diciembre de 2020, afectó la generación de otro tipo de cultivos.
Trabajo
«En la producción de banano habíamos creado 400 puestos de trabajo pero los tuvimos que reubicar en otra área de la empresa», recordó.
Cabe mencionar que con las funciones de Rapel en el país, se logran crear hasta 5 puestos de trabajo; sin embargo, durante la campaña de cosecha ests se incrementan hasta 14 mil.
Ese total se distribuye en 9 mil para la cosecha de uva en campo, 2 mil para los arándanos y limón, y 3 milpara el packing. Anualmente, su gasto en contratación de personal puede llegar a US$ 20 millones.
En otro momento, Pablo Eyheralde reveló a Infomercado que su empresa tiene muchas ganas de continuar invirtiendo en Piura, pero, revela que para ello necesita contraparte del Estado Peruano, quienes deberían reducir la brecha en infraestructura vial, hidraúlica y de distribución de energía eléctrica.
Posibles soluciones
De esta manera, el gerente general solicitó ante la Asociación de Productores Agroindustriales de Piura (APAG) que viabilicen la construcción del proyecto Periférico Vial Norte.
Según detalló, con esta vía se podría evitar el congestionamiento diario en la avenida Cáceres, en el cual se estancan alrededor de 100 camiones diarios con frutas y 400 buses que transportan personal de las agroexportadoras.
Eyheralde también planteó que se construyan reservorios satélites con el objetivo de que se aproveche el agua que discurre en las cuencas del meido y bajo Piura, Chira y Alto Piura.
«Es inaudito que cada año se pierda tanta cantidad de agua que se va al mar», enfatizó el empresario. Además, reveló que la propuesta de descolmatar la represa de Poechos nole parece la más adecuada, ya que, según él, sería una inversión grande de dinero que dejará pocos beneficios.
Para el empresario, «cuanto más regulada esté el agua, el riesgo de inversión es menor para el empresario», aseguró.
Finalmente, reconoció que la producción de energía eléctrica en el Perú es muy buena, sin embargo, espera que la distribución mejore para el bien de las empresas y la población.
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