Conocida también como “menta de los Andes”, la muña es una planta nativa altamente valorada tanto en la medicina tradicional como en la cocina peruana, por sus cualidades curativas y su intenso aroma, que aporta un sabor distintivo a los platos típicos del país.
Origen y distribución geográfica
La muña (Minthostachys mollis) crece de forma silvestre en zonas altoandinas del Perú desde épocas precolombinas. Asimismo, también se encuentra en países como Colombia, Bolivia, Ecuador, Argentina y Venezuela. Su nombre proviene de los términos griegos “minthe” (menta) y “stachys” (espiga), mientras que “mollis”, de origen latino, significa “suave”.
Cultivo y cosecha
Esta planta, que puede alcanzar entre 0.80 y 1.20 metros de altura, se cultiva principalmente entre noviembre y marzo, coincidiendo con la temporada de lluvias. Su recolección se realiza usualmente en mayo y junio, cuando ha alcanzado su madurez.
Aplicaciones culinarias
En la gastronomía peruana, la muña es utilizada para realzar el sabor de guisos, sopas y platos tradicionales de altura, donde su aroma mentolado armoniza con ingredientes autóctonos. También se emplea en licores y helados artesanales. Un ejemplo es el «shihuayro» de Tarma, preparado con muña, maíz tostado, sal y ají, que se conserva por varios días y sirve de base para caldos energéticos en zonas frías.
Entre las recetas destacadas está el cordero a la muña, que mezcla sabores dulces y salados, y una refrescante bebida de frutas con hojas de muña, ideal para días calurosos.
Aporte nutricional
La muña contiene calcio, fósforo, hierro y retinol. Estos nutrientes fortalecen los huesos, favorecen el funcionamiento renal, ayudan a prevenir la anemia y mejoran el estado de la piel, respectivamente.
Usos medicinales tradicionales y actuales
Desde tiempos ancestrales, la muña ha sido utilizada para tratar fracturas, inflamaciones, afecciones respiratorias, y como repelente de plagas en los cultivos. En la actualidad, sus infusiones se emplean para aliviar problemas digestivos, renales, circulatorios y respiratorios. En zonas como la sierra central, también se le atribuyen propiedades para tratar dolencias genitourinarias y enfermedades de la sangre.
Presentaciones y formas de uso
Además de las infusiones, la muña puede ser consumida en forma de jarabe, ungüento, tintura, aceite esencial, cápsulas y como condimento. Su aceite, por ejemplo, es útil en el tratamiento de afecciones cutáneas como el pie de atleta o la sarna, gracias a sus propiedades antimicóticas. Asimismo, su uso en aromaterapia ayuda a aliviar el soroche o mal de altura.