Wilfredo Vidal y su familia, desde Sullana nos enseñan que con esfuerzo y preparación se puede lograr el ansiado sueño emprendedor.

Sus 58 años, Wilfredo Vidal Rivera los ha dedicado a la crianza de ganado. Primero lo intentó con el ganado porcino y, tras ser víctima de un robo, no dudó en volver a emprender, esta vez, con los caprinos.

Gracias a la capacitación que recibió y a su incansable esfuerzo por mejorar la producción, don Wilfredo ha logrado sacar adelante a su familia.

Reside en el centro poblado de Santa Cruz, en la margen derecha del río Chira, en el distrito de Querecotillo, provincia de Sullana. Trabaja junto a su esposa, Santos Lionila Rodríguez, y sus cuatro hijos.

Nace un emprendedor

“Hace algunos años tuve la suerte de ser capacitado por la oenegé Plan Internacional. Me enseñaron a ser mejor en la vida, a confiar en mí y saber que podía ser un emprendedor. Me inicié con la crianza de cerdos, participábamos todos y me sirvió de mucho. Me educaron para no ser mentiroso y no coger lo ajeno. En el camino, nos robaron los cerdos y cambiamos al ganado caprino pero mejorado”, cuenta. 

Cada cabra de raza Saanen produce entre cuatro litros de leche a diario. Además, cría ovejas Dorper. La leche la venden y hacen queso artesanal “con todos los cuidados de bioseguridad en nuestra sala de ordeño”, enfatiza el empresario sullanero mientras tritura el pasto que alista para alimentar al ganado.

A raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, la gente ya no podía ir hasta la ciudad de Sullana. Esta situación, tuvo su lado positivo: permitió el incremento de las ventas de leche y queso de la familia Vidal.

A la par, iniciaron la comercialización del alimento balanceado para aves de corral, que venden a sus vecinos de los caseríos cercanos.

“Definitivamente, esto cambió nuestras vidas”, dice don Wilfredo. Con su familia, produce 140 litros de leche al día y tiene pedidos anticipados desde Sullana y Piura. 

En La Granjita, nada se desperdicia

Wilfredo Vidal nos muestra cómo ordeña una cabra. Aquí en el establo La Granjita, nada se desperdicia. Tiene 150 cabras e igual número de ovejas, “y la ventaja es que a todo le damos beneficio, el sobrante de la leche para el queso que llamamos ‘suero’ se lo damos a los chanchos y hacemos engorde para los toritos. El guano lo hacemos abono, compus, practicamos lombricultura y también criamos gallinas, y el agua no es problema ya que construimos un pozo que nos abastece”, dice. 

Hace cifras y calcula que sus ingresos aproximadamente superan los 6 mil soles mensuales. Parte de ello lo invierten en sus propios animales, y no se atrasa con los préstamos que tiene. Los cancela a tiempo.

Todo emprendedor quiere dar un paso adelante. Entre sus proyectos a futuro está el de continuar mejorando la genética de su rebaño, para así poder sacar adelante a su familia “y ser mejor en la vida”.

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