Durante los primeros meses del 2025, el Perú ha exportado productos agrícolas por más de US$ 4,200 millones. Entre los principales productos figuran la palta (US$ 750 millones), la uva (US$ 682 millones) y el arándano (US$ 235 millones). Estos resultados reflejan el dinamismo del sector agroexportador, que continúa diversificando mercados y consolidando nuevas rutas comerciales.
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La reciente entrada en operación del megapuerto de Chancay, junto con la ruta directa hacia Shanghái que reduce el tiempo de tránsito a 23 días, plantea una nueva interrogante estratégica: ¿pueden la cereza y la frambuesa posicionarse como los próximos cultivos exportables con destino a China?
China lidera la demanda de cerezas y frambuesas
China continúa siendo el mayor importador mundial de cerezas frescas. Solo en 2024, importó más de 450,000 toneladas, el 95 % provenientes de Chile. Durante la campaña del Año Nuevo Chino, el precio por kilogramo de cereza de alta calidad llegó hasta los US$ 7.2. En promedio, el valor de mercado se mantuvo cerca de los US$ 5.8 por kilogramo.
En el caso de la frambuesa, la demanda china ha mostrado un crecimiento sostenido de dos dígitos en los últimos años. El precio por kilogramo de fruta premium ronda los US$ 8.2, con una fuerte preferencia por exportaciones procedentes de México y España.
Producción local en etapa piloto, pero con oportunidades a futuro
En Perú, la superficie cultivada con cerezas aún es limitada. Actualmente se registran menos de 60 hectáreas en zonas piloto de Arequipa y Junín. En contraste, Chile cuenta con más de 65,000 hectáreas productivas. En cuanto a frambuesas, las exportaciones peruanas no superan las 230 toneladas anuales, frente a las más de 170,000 toneladas exportadas por México y 72,000 toneladas por España.
Sin embargo, existen condiciones para el desarrollo de ambos cultivos. El puerto de Chancay podría reducir significativamente los tiempos de exportación hacia Asia. No obstante, esta ventaja logística requiere inversiones en tecnología poscosecha, manejo de frío y genética adaptada a las condiciones locales.
Ambas frutas enfrentan desafíos técnicos específicos. La cereza demanda climas fríos y variedades resistentes. La frambuesa tiene una vida útil de apenas 4 a 7 días si no se mantiene una cadena de frío continua.
Acceso fitosanitario, inversión y coordinación público-privada son claves
Para exportar frutas frescas a China, el Perú necesita protocolos fitosanitarios específicos. Este proceso es técnico, complejo y puede demorar varios años. Por ejemplo, el acceso del arándano al mercado chino tomó seis años. En el caso de la cereza chilena, las negociaciones se extendieron por más de una década.
En este contexto, será indispensable que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), junto con actores del sector privado, aceleren las gestiones técnicas. Además, se requieren ensayos piloto, pruebas de campo y articulación con los gobiernos regionales.
La experiencia exitosa del arándano peruano sugiere que, con visión estratégica y cooperación interinstitucional, es posible consolidar nuevas oportunidades comerciales. China representa un mercado que supera los US$ 3,200 millones solo en importaciones de cereza, por lo que el potencial está identificado.
Fuente: Freshfruit.pe
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